domingo, 27 de abril de 2008

2002, crónica del Rallye del Mediterráneo, por David Nafria

Después de desaprovechar una buena oportunidad en el pasado Rallye RAC Vasco Navarro, al cometer un error en la elección de los neumáticos, nuestro planteamiento para el Rallye Mediterráneo era muy claro: sólo valía ganar.
No era una tarea fácil, de entrada, ya que Amador Vidal poseía más experiencia que nosotros en ese terreno. Yo nunca antes había corrido ese rallye, aunque los tramos de la segunda etapa si me resultaban familiares, al disputar algunos sectores en el Rallye de Alcoy, puntuable para el Desafío del pasado año. Otro de los aspirantes al triunfo, Raul Montejano, ya realizó una gran actuación el pasado año en Alcoy y además venía con la moral muy alta tras su gran carrerón en Navarra. La prueba se presentaba especialmente dura. Los tramos alicantinos son de una excepcional dureza para los coches. Frenos, neumáticos y suspensiones sufren de lo lindo en unos tramos muy virados y de asfalto abrasivo.
Esta dureza pasó factura a nuestros principales rivales. Amador Vidal no conseguía llegar al final del primer tramo, Benisa (en realidad era el segundo del rallye tras el show del karting), sin problemas. Poco antes de meta rompía un elemento del varillaje del cambio que le hacía abandonar. En el tramo siguiente era Raúl Montejano el que perdía tiempo al volcar y, sobretodo, al pinchar más tarde en el mismo tramo y tener que parar a cambiar una rueda. En total cinco minutos de retraso que lo alejaban de cualquier posibilidad de ganar el rallye y el Desafío de este año. Pero la victoria, aunque más fácil, no estaba ni mucho menos conseguida. Jonathan de Miguel acababa la primera etapa en cabeza del Desafío, con 4 segundos de ventaja. El segundo día, aparte de luchar contra el cántabro debíamos luchar contra la dureza de la prueba.
Para rematar la faena del primera día la organización había preparado un recorrido super-exigente en la etapa del domingo. La estrella del rallye era, sin duda, el tramo de Alcoy-Relleu. Una largísima modalidad del famoso Tudons. Una joya de tramo, con 41 kilómetros de auténtico disfrute. Lástima que no tuvimos mucha fortuna en ese tramo y por poco perdemos el rallye allí, en dos ocasiones. La primera al llevarnos una desagradable sorpresa en forma de furgoneta circulando por el tramo. Sucedió en la zona del Rebolcat, el trozo más ancho del tramo, por lo que no nos hizo perder tiempo. Estas cosas deberían preocuparnos sobremanera. De haber sido en una zona más estrecha (y en ese tramo en concreto había varias) ni siquiera la hubiera podido adelantar. Eso si no me la encuentro en sentido contrario, claro. Entonces el choque hubiera sido inevitable.
Pero ese no fue el único sobresalto del tramo. Llegando a meta, justo antes del cruce a izquierda dirección a Torremanzanas, se nos rompió un pasador del pedal de freno. En la frenada anterior el pedal se vino abajo, dándome un buen susto. Llegué al cruce sin la certeza de saber si el coche frenaría o no. Nos pasamos ligeramente de frenada y fallé al tirar el freno de mano. Resultado: el coche frente a la pared y el motor calado. Vuelve a arrancar, mete marcha atrás,… Perdimos 12 segundos que de poco nos arruinan el rallye. Por suerte aun quedaban bastantes kilómetros de rallyes y consiguiendo todos los scratch del Desafío en los tramos que quedaban le arrebatamos la primera plaza a Jonathan de Miguel, ganándole por 9 segundos. Corrimos absolutamente a tope, conscientes de que una posible victoria en el Desafío de este año pasaba por vencer en este rallye.
Estoy especialmente contento de esta victoria. Llega en un momento perfecto del campeonato y además habíamos preparado la prueba con gran esmero. Desde la publicación del recorrido sabíamos que los largos tramos del domingo serían fundamentales para conseguir la victoria. Por eso, desde el mismo mes de Agosto, seguí un plan de preparación física que incluía largas sesiones, a muchas pulsaciones, de bicicleta estática. Los tiempos conseguidos en los dos tramos largos fueron determinantes para la victoria. En éstos conseguí llegar relativamente “fresco” al final, algo fundamental para no perder el ritmo, por lo que doy por bien empleadas las grandes sudadas de este verano…
En la próxima prueba, el Rallye Costa del Sol, a disputar en Mijas (Málaga) el próximo 26 y 27 de Octubre, nos jugamos mucho. Una victoria o una segunda plaza por delante de Amador Vidal nos darían matemáticamente el título. En Málaga la victoria volverá a ser nuestro objetivo.

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